
El trabajo remoto y los equipos distribuidos son la norma actual en la dirección de proyectos global, una tendencia en auge que el PMI ha integrado en sus metodologías. Si bien ofrece ventajas como el ahorro de tiempo y la productividad, presenta desafíos en comunicación y cohesión.
La clave del éxito reside en una integración y planificación adaptadas. Esto implica definir mecanismos de comunicación claros y ajustar los procesos de recursos, comunicaciones, cronograma y riesgos a la distancia. El director de proyectos debe desarrollar competencias digitales y de liderazgo remoto. En esencia, la gestión de proyectos virtuales exige comunicación clara, coordinación tecnológica y gestión proactiva del equipo distribuido, contemplados en el PMBOK.
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