Políticas Públicas y la Vitamina I

El déficit de Vitamina I se traduce en que ideas buenas y loables en materias de políticas públicas terminen en iniciativas que más parecen un jira-mono-canguro …

Hace ya un tiempo que en el CSP utilizamos el concepto de Vitamina I y en particular el déficit que se produce de esta, respecto de las capacidades para implementar una política pública.  

Este es todo un tema, ya que muchas políticas públicas que aparecen como muy razonables quedan a mitad de camino, por déficit de Vitamina I, esto es, por deficiencias en su diseño que hacen que la implementación no sea factible o bien que claramente el resultado final será un jira-mono-canguro y no logrará resolver el problema al que apuntaba o bien que quedara a mitad de camino de ninguna parte.

A esto, no lo ayuda mucho que habitualmente entre políticos y autoridades piensan que el proyecto termina con “la ley, el decreto o el oficio” y no se dan cuenta que es recién ahí es cuando empieza el desafío.

Dimensiones del déficit de Vitamina

Cuando se inicia la implementación, aparecen a menudo síntomas de falta de vitamina I, los principales a mi modo de ver son son 3, sin perjuicio de que existen otros más.

  • Falta de gobernanza del proyecto, la falta de un adecuado entendimiento de las dimensiones de la gobernanza, i) visión y mirada de largo plazo respecto de la iniciativa en curso, ii) “dueño” y liderazgo de la iniciativa, iii) planificación y diseño de la transformación, iii) estructura adecuada para su desarrollo y iv) finalmente el modelo de gestión que se utilizará (recursos, externalización si existe, método, gestión de actividades).

  • Falta de una adecuada estrategia de implementación, en lugar de preferir proyectos delfines utilizar proyectos ballenas, con lógicas de entrada en operación del tipo big-bang que ayudan muy poco a este tipo de procesos, y finalmente la falta de un adecuado entendimiento de los tiempos técnicos versus los tiempos políticos.

  • Dimensionamiento inapropiado, es muy frecuente ver serios problemas de dimensionamiento de las iniciativas y proyectos, en términos de volumen (usuarios, transacciones, datos), costo y tiempos necesarios para su desarrollo, habitualmente con niveles de subdimensionamiento groseros.  Esto es más grave aún cuando viene refrendado por el órgano rector de las finanzas públicas.

Problemas de dimensionamiento

Veamos algunos ejemplos recientes, correspondientes a la falta de un adecuado dimensionamiento, para ello utilizaremos el informe financiero preparado por la Dirección de Presupuesto de tres proyectos de ley discutidos en el congreso en años recientes, uno ya es ley de la república y los otros dos aún se encuentran en proceso de discusión, en dicho informe se detallan los gastos y potenciales ahorros de una ley (se adjunta al final de este post los informe completos).

  • Informe financiero de la ley de transformación digital, el cual estima un costo de implementación de casi 4 millones dólares para dicha implementación (implementar los procesos de transformación digital del Estado para el gobierno central y todos los municipios del país), si se agregan los costos de la digitalización del archivo nacional el monto llega a 5.3 millones de dólares, distribuidos en 3 años.

inversión ley TD
  • Informe financiero del proyecto de ley de notarios, dicha ley incluye el desarrollo de un repositorio digital centralizado en el Registro Civil, el cual debe almacenar y permitir el acceso a todas las actuaciones de los notarios y conservadores del país, para ello se estima un costo de inversión de 0.9 millones de dólares.

  • Informe financiero del proyecto de ley de compras públicas, para incluir un portal para promover la economía circular dentro del Estado, desarrollando una plataforma para disponer bienes muebles por parte de los servicios públicos, con un costo de desarrollo de 63.556 dólares, según esta estimación el valor persona-hora de desarrollo sería de 0.7 UF/hora.

informe financiero modificación ley de compras públicas

Basta un pequeño análisis y conocimiento del esfuerzo y costo de este tipo de plataformas para saber que en ninguno de los tres casos los costos de inversión corresponden al costo real, y están muy lejos siquiera de ellos, al menos un orden de magnitud por debajo.

La pregunta que queda rondando es:

¿Quién y bajo qué supuestos se hacen estas estimaciones?

Información complementaria

Foto de Anna Pelzer en Unsplash

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Fuente: Alejandro Barros (Políticas Públicas y la Vitamina I).