¿Para qué Agile?

En mi vida profesional ha habido siempre dos lemas importantes: (1) cuál es el “para qué” de lo que se hace y (2) la gente ha de estar “bien” (porque si las personas no están suficientemente motivadas no se puede hacer bien el para qué y, en el peor de los casos, la gente marcha). Consiguientemente, el objetivo de mi trabajo ha sido ayudar a empresas a ser más “Ágiles”, y así todos contentos (ellas y yo). Sin embargo, en los últimos años notaba que algo no acababa de encajar: ¿cuál es el impacto real del “para qué”?

En los últimos decenios todo ha ido cambiando a un mundo cada vez más acelerado, más inmediato, de reacción instantánea… ¿Es esto una sociedad más Ágil?

¿Somos conscientes de lo que estamos “transformando”, de cómo lo que hacemos influye en los comportamientos de las personas? Cada vez la humanidad parece más cortoplacista, impulsiva, con menor capacidad de reflexión. Me da la sensación de que estamos amplificado nuestro instinto animal de depredar al máximo rápidamente, como si no se supiese qué va a pasar en unas horas, como si no hubiese un mañana. Todo es más frío, menos cálido, menos… humano. Eso sin contar con el impacto en las personas a las que sometemos a ser “extensiones de maquinaria” en la cadena productiva, desde la propia producción hasta la entrega en la puerta de nuestra casa, todo tiene que ser para conseguir lo que sea de manera inmediata, con el mínimo esfuerzo… creando también una cultura que ya no valora las cosas ni el esfuerzo para conseguirlas, sin crear interés en lo que realmente “cuestan” de verdad, no sólo a nivel personal sino en global.

A las personas que trabajamos en agilidad organizativa nos gusta pensar de manera sistémica, holística, trabajando la cadena de valor de las compañías. Sin embargo, en estos últimos meses, no deja de aparecer cada vez más información sobre las “entradas” y “salidas” completas de la sociedad en que vivimos (todas ellas MUY relacionadas): calentamiento global, superpoblación, incencios gigantescos (Amazonas, Siberia, Indonesia, …), falta de recursos naturales, tensiones geoestratégicas, despilfarro (mentalidad de “usar y tirar” que hace que muchos bienes acaben rápidamente en vertederos), comer menos carne (ONU), océanos esquilmados y llenos de plástico, …

Entonces, ¿para qué Agile? ¿Para comernos el planeta cinco veces más rápido, cubriéndolo de desperdicios y reduciendo a millones de personas a extensiones de maquinaria?

¿Qué daño/dolor estamos infligiendo ahora mismo y para el futuro? ¿Qué tipo de inestabilidades van a venir a nivel global? ¿De verdad que como especie y sociedad no podemos ir más allá y hacer cosas más trascendentes, que impliquen progreso pero sin dejarlo todo destrozado para futuras generaciones (y destrozándolas a ellas en el futuro!!)? A mí no me gustaría que dentro de unos años mis hijas o su descendencia dijesen que mi generación, que tuvo los datos en la mano, fue la mayor cómplice y miró hacia un lado.

Creo que todos los sistemas tienden a un equilibrio, mucho más abajo, duro y diferente si todo se hizo de manera insostenible. Por ello, es crucial intentar gestionar ese equilibrio… o él te gestionará a ti (de manera abrupta y mucho más dolorosa, como fue hace unos años la crisis financiera-inmobiliaria que todavía sufrimos).

Free fall through our midnight / This epilogue of our own fable” (…) “Drifting through this boundlessness / This madness of our own making” (…) “Sound the reveille / To be or not to be / Rise / Stay the grand finale / Stay the reading of our swan song and epilogue

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En la conferencia anual de Agile Spain del año pasado estuve conversando al respecto con una de las Keynotes, Lyssa Adkins. Me comentó que había bastante gente del mundo Agile que, como yo, era consciente de esa disonancia: trabajamos para que las empresas aceleren el nivel de consumo de sus productos pero eso puede tener un impacto global no positivo. Me quedé más tranquilo (“así pues, no soy demasiado raro”) pero con poco más que una constatación.

En los principios del Agile Manifesto se habla del desarrollo a un paso sostenible y de la motivación de la gente, es decir, cuando se escribió un aspecto importante era no quemar a las personas. Creo que hay que ampliar ese concepto de sostenibilidad y hablar de un Agile sostenible que también considere todos los byproducts de las empresas, con una visión más holística: no “quemar” a las personas y tampoco a la sociedad y el planeta.

Ahora es el momento de aprovechar la Agilidad para hacer un cambio de ciclo, porque necesitamos que sea rápido y utilizar todo nuestro conocimiento para darle la vuelta.

En mi caso, esto ha implicado reconsiderar un principio que hasta ahora se habían quedado en lo más personal y subirlo al nivel profesional: mi lema adicional (3) va a ser trabajar para que, allí donde yo esté, el propósito de la empresa sea sostenible, para que su modelo de negocio sea rentable dejando un balance positivo en el global (empleados, sociedad y ecosistema). Crear/comprar bienes que duren y que sean reciclables para que el sistema sea auto-sostenible (reduciendo así los “pulls” al planeta), aumentar la dignidad de los trabajos de las personas, crear consciencia, educar e intentar cambiar el mindset que nos ha llevado hasta aquí.

Y esto va de todos nosotros, podemos hacer muchas cosas. Si has llegado a leer hasta aquí, es probable que esto también sea importante para ti, seguro que hay alguna cosa que tú puedes hacer, aunque sea pequeña, para este balance en positivo que necesita crear la humanidad ?

“One drive to stay alive / It’s elementary / Muster every fiber / Mobilize / Stay alive”

 


Fuente: Proyectos ágiles (¿Para qué Agile?).