Metodologías Ágiles en la Construcción

En el sector de la construcción es común pensar que las metodologías predictivas son las ideales para gestionar los proyectos. Sin embargo, en la actualidad las metodologías ágiles en construcción son un hecho y existen crecientes tendencia a utilizar otras estrategias y herramientas, que permiten entregar proyectos de mejor calidad con la ventaja adaptarse mejor al contexto del proyecto.

En su artículo, Benjamín Frías desarrolla aquellos aspectos relevantes que, en la actualidad, están produciendo un cambio en la forma de gestionar los proyectos de construcción.

Metodologías Ágiles en la Construcción

Búsqueda de una nueva realidad «Agile»

La realidad es que los proyectos en los que trabajamos cada vez son más complejos, más grandes, más espectaculares, con mayores requisitos u objetivos, etc. Por lo que veo necesario plantearnos una nueva visión, herramientas, nuevas metodologías y entender dónde establecer el foco según el problema al que nos enfrentemos.

En definitiva, adaptarnos a una nueva realidad, en este entorno, está claro que para la elección de un sistema para la dirección de proyectos tenemos que analizar y entender esta nueva complejidad en todas sus fases y procesos. En un artículo sobre las diferentes metodologías, leí acerca de la Matriz de Stacey, mapa visual que creo puede ayudar a entender los distintos caminos y conceptos en los sistemas complejos y analizar la complejidad de estos. Es así, como se representa las variables en la dirección del proyecto en función de la certeza y acuerdo en el mismo. (Stacey, R., 1996, “Complexity and Creativity in Organizations”).

Stacey Matrix

En el sector de la construcción, al igual que en el desarrollo de software, no siempre encaja la misma metodología en cualquier tipo de proyecto. En proyectos desarrollados en entornos poco definidos, donde la adquisición de la información es paulatina, no es posible planificar las tareas al comienzo como sucede en las metodologías tradicionales. Entonces, ¿Por qué no aplicar los modelos ágiles? ¿Por qué no hacer uso de otras metodologías para aportar mayor flexibilidad en la gestión del proyecto?. En entornos donde se valora más la comunicación y la adaptabilidad al cambio, que permitan crear una serie de prototipos virtuales, donde el cliente pueda obtener un resultado rápido y participar en el proyecto, los métodos ágiles pueden resultar más acordes, por ejemplo, con el modelo definido en el entorno colaborativo de BIM.

BIM y la Agilidad

Por lo tanto, agilidad en la gestión de proyectos,  puede significar nuevas posibilidades y formas de afrontar los proyectos y, por qué no, desvincularnos de miedos como el “tirar todo a la basura” en fases como la de diseño, permitiendo sacar mucho más partido y posibilidades al trabajo que estamos desarrollando.

Retomando el concepto BIM en construcción y su relación con agile, es reseñable destacar su implementación en la obra civil o arquitectura. Esto es ya una realidad, no solo en fases de diseño, donde el trabajo es más repetitivo y es común que busquemos la entrega de valor continuo y el feedback del cliente, fomentando su participación, para asegurar el entendimiento del alcance esperado, permitiendo adaptarnos a los cambios al inicio del proceso, sino también en las fases de construcción y mantenimiento.

Aunque, a priori, la fase de construcción no sea fácilmente relacionable con el concepto “Agile”, dado que tradicionalmente ha sido una actividad secuencial y planificada linealmente, donde una actividad no empezaba hasta que otras terminaban, la realidad de la construcción en los entornos cada vez más complejos en los que nos movemos, con continuos cambios en alcances, correcciones, solicitudes de cambio en fase de obra, entre otras cuestiones que pueden darse durante la fase de ejecución, hacen que los procesos de planificación estén “vivos” durante la propia obra, y tengan que adaptarse a estos escenarios cambiantes, por lo que tendremos que saber dar respuesta a estos acontecimientos y reaccionar ante ellos.

Esto no se debe confundir con realizar planificaciones a corto plazo o planificar una obra en pequeñas fases, “Agile” en fase de ejecución de obra no parece una realidad viable, pero sí el concepto de adaptabilidad, asunción de lecciones aprendidas y mejora e interacción con el cliente que también se persigue en estas metodologías.

 ¿Proyectos Híbridos?

Sin duda, tal y como presenta el PMBOK en su edición sexta, una opción híbrida tradicional-ágil, parece ser la mejor opción en este tipo de proyectos. Dentro del marco tradicional en la ejecución, el concepto agilidad permite la inclusión de equipos reducidos autogestionados, con capacidad de decisión clave, lo cual hace que estén muy implicados con la consecución del objetivo, mejorando la productividad, planteando un proceso colaborativo, iterativo y que no pierde excesivos recursos en producir o testear, y a la vez, responder a los cambios del mercado más rápido y gestión más eficaz del riesgo.

En los grandes proyectos de construcción, y especialmente en los gestionados por fast-track”, es común realizar una planificación general a alto nivel, donde se detallan las primeras fases del proyecto y posteriormente, conforme se cierran requisitos de otras fases, detallar las siguientes a corto plazo con un alcance más focalizado.  Este hecho permite beneficiarnos de todo el aprendizaje de las fases previas y ajustar mucho más las fases siguientes.

Conclusiones

Resulta fácil pensar que en la actualidad existen pocos entornos con los requerimientos tan claros como para decantarnos por un ciclo de vida tradicional únicamente, y realmente así es, cada vez la incertidumbre es mayor, con mayor cantidad de cambios y mayor complejidad. Como respuesta a este nuevo entorno o marco en el que se mueve el sector de la construcción, los enfoques híbridos, planteados en fases, como la de diseño, dentro de un esquema tradicional o predictivo, son capaces de generar una adaptación más flexible a los cambios orientados a las necesidades del cliente, reduciendo el tiempo en su implementación y ejecución, controlando el riesgo que estos cambios producen.

Sin duda, para que este tipo de metodologías se implanten de manera generalizada en el sector será necesario un cambio cultural global del mismo. Existirán errores de partida que se deberán pulir, pero, día a día se irán mejorando y nos aproximaremos a una realidad que ya nos ha sobrepasado en algunos de los procesos de trabajo que realizamos día a día. Parece, cada vez más claro, que el próximo paso de las grandes empresas será el cómo adaptarse fehacientemente a estos marcos de trabajo y como orientarán el cambio hacia las personas y procesos con proyectos más colaborativos para afrontar los cambios y retos a día de hoy.

Autor

Benjamin Frias

 

 

Benjamín Frías Nuñez

Arquitecto en Dirección Facultativa Remodelación Estadio Santiago Bernabéu

Bibliografía

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