Concurso Arquitectura en Valladolid
El edificio se presenta como un volumen único de gran potencia visual, desarrollado en dos plantas de sótano y tres plantas sobre rasante, y perforado por grandes huecos de luz que penetran hasta el núcleo central del edificio, auténtico motor del mismo, un corazón de espacio y luz.
Se procura “rentabilizar” los espacios, evitando pasillos, y consiguiendo enlazar las distintas áreas a través de amplios espacios iluminados que a la vez que comunican los distintos espacios conforman parte del programa exigido.
El acceso principal al edificio se produce a través de la ruptura de la esquina, por medio de una suave rampa que nos va mostrando el interior del espacio central, que nos acompaña en el descenso hacia la planta baja. Esta planta aparece ligeramente enterrada, y alberga el programa público de la TGSS, junto con sus despachos, cuartos y almacenes correspondientes. Desde el espacio central, espacio estancial y que a la vez contiene zonas de espera de público, podemos percibir la magnitud de los espacios del proyecto.
El edificio quiere desarrollar temas arquitectónicos dentro de una composición y geometría sencilla, creando riqueza de espacios a través de las secciones y la luz que por ellas entra y atraviesa la totalidad de su altura por el hueco central, hacia el cual vierten todos los espacios indicados en el programa. El gran espacio central conforma un área de espera, es un vacío dentro de un volumen compacto. Un vacío que deja de ser tradicional para llenarse de luz. Ese espacio central lleno de luz es perceptible desde todas las plantas, los espacios programáticos vierten hacia él.
